No necesité invocar a Tlaloc
para que mayo trajera tu sonrisa
y junto a vos,
la coincidencia más bonita
de las hojas del calendario
Llegaste
despertaste las ganas de encontrar el camino a Marte
y el atajo imaginario a abrazarte a través de la lluvia
Me mostraste tu cielo
y como acto de magia,
los lunes tuvieron sentido
Llegaste
sin imaginarlo
traías los colores del inicio de semana
y la capacidad de nublarme los pensamientos
con una pregunta
Tu voz es ese pequeño milagro
entre estas letras
y lo incierto de un junio que se acaba
mientras te acerca
No necesitaba explicaciones científicas
ni entenderlo todo
hasta que apareciste
y le quitaste a mis días la reproducción automática
Y gracias a vos
hoy creo en la noche, que no es solo oscuridad
en las palabras y su poder de curarlo todo
en el GPS y la posibilidad de estar cerca
aún en la distancia
Por vos,
hoy veo el rostro amable del mundo
y escucho una voz
que me arrulla y me calma
No te vayas
No te lleves la inexplicable sensación de no tener argumentos en tu contra
No te lleves la eterna competencia de la dulzura en tu mirada
Por favor, quedate
y seguí pronunciando mi nombre
(El que nadie sabe)
vamos por un café y un cheesecake
mientras inventamos palabras nuevas
Seguí explicándome los procesos desconocidos
y las razones por las cuales
estoy escribiendo este poema
voceándote
y las infinitas veces que sonrío frente a la pantalla de mi móvil
al encontrarte siendo vos
tan única
tan incrédula de la grandeza en tus manos
No necesité invocar a Tlaloc
ni usar una piedra bruja como amuleto
y, sin embargo, llegaste…
Inesperada.
A tiempo.
Irrepetible.
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