miércoles, 17 de diciembre de 2014

Esta tarde mientras revisaba mi cuenta de Facebook,  me encontré con un poema que llamó mi atención. Conozco a su autor, sé que la mayoría de sus causas son casi tan perdidas como las mías. He tenido la oportunidad de conocer su trabajo y he podido opinar en la edición de algunos de sus escritos, tomando esto como referencia me atrevo a decir que la poesía es un hermoso estado de catarsis.

RENUNCIO A LLORARTE
Me niego a sentirme incompleto de nuevo
Justo cuando aprendí a amar la mitad que soy
Me niego a arrancarme el cabello
Me niego a recibir menos de lo que doy
Me niego a tenerle miedo a perder
algo que jamás ha sido mío,
si amarte fue una decisión,
olvidarte será mi mejor desafío.
Me niego a olvidar como respirar
hasta que la jaula de mi cráneo estalle,
tomaré un suspiro profundo a la vez
hasta que las voces burlonas se callen.
Saldré a la calle con mis mejores ropas,
Con los ojos fijos a encontrar un milagro,
Que mi piel marcada de promesas rotas
se vuelva impermeable al engaño.
Me niego a salvar el mundo,
si nadie en él quiere salvar mi alma.
Me niego a dejar que mis mounstros
peleen en una tierra imaginaría.
Prohibo a mi propia sombra traicionera
que sujete mis pies, que retrace mi paso.
Si he de ir al otro lado de la tierra,
al menos no ha de ser escapando
de quien soy, de quien era,
de mis propias inseguridades.
Quiero que las heridas de otra era
no sangren pero que duelan como antes
como recordatorio de mis caídas,
para amarrar el corazón por la cintura
así se detendrán sin resultar heridas
las fibras de fe que forman mi triste figura.
Me niego a seguir a quien no me siga,
Me niego a respetar a quien no me respeta,
renuncio a la capacidad de sentir empatia,
renuncio a este incurable dolor de cabeza.
Me niego a tolerar que me conviertan en nada,
cuando el vaso de mi alma está repleto.
Renuncio al ladrillo bajo mi almohada,
renuncio a mi derecho a guardar silencio.
Soy soberano de mi propio desierto,
de las estrías áridas donde habían ríos.
Pondré barrotes en mi pecho abierto,
escupire sobre cenizas de amoríos.
Haré una tregua conmigo mismo,
ya no quiero ser mi peor enemigo,
sé que saltare de nuevo al mismo abismo,
y está bien, mientras no sea contigo.

(Tomado del muro de Ricardo Alegría)




martes, 16 de diciembre de 2014

No me digas adiós.

Hoy ando algo emo jajaja y todo el día ha sonado esta canción en mi cabeza... si no es un poema, que sea una canción,  en todo caso lo que importa es la emoción intermitente que nos transporta hacia el punto de encuentro del olvido. 

Hay tanto de Ti 
que se ha quedado a vivir 
para siempre en mi piel. 

En ella hay tatuado tu olor 
con tinta de besos 
que hoy perfuman tu adiós, 
y ahora que tú no estás junto a mí 
te busco por toda mi piel. 

Vuela y ve hacia el sol 
y olvida que ayer. 
Viviste junto a mí 
algo más que amor. 
Y nunca olvidaré 
que me enamoré de una flor. 
Siempre te esperaré, 
no me digas adiós. 

Nunca imaginé 
cómo sería el sabor 
de una rosa en mi boca 
hasta el día en que te besé. 
Y no me puedo arrancar 
tus espinas hechas de adiós. 
De tu boca bebí ¿Dónde estás? 
¡Pues me muero de sed! 

Echo de menos dormir 
y despertar junto a ti. 
Quiero desayunar 
tu sonrisa, mi amor. 
pero no estás 
y busco tu beso 
en mi piel. 

Vuela y ve hacia el sol 
y olvida que ayer. 
Viviste junto a mí 
algo más que amor. 
Y nunca olvidaré 
que me enamoré de una flor. 
Siempre te esperaré, 
no me digas adiós. 

No me digas adiós, 
no pidas perdón. 
Nadie es dueño de su corazón 
pero nunca te olvides de mí. 

Lloraré recuerdo de ti, 
viviré en tu ayer. 
Cómo me duele tu olvido, 
pero no me quiero derrumbar. 

¿Dónde estás, mi amor, dónde estás? 
No me digas adiós. 
¿Dónde te has metído, amor? 
¡Pues te busco por toda mi piel! 

Lloraré recuerdo de ti, 
viviré en tu ayer. 
Cómo me duele tu olvido, 
pero no me quiero derrumbar. 
En algún lugar te encontraré y no... 
No me digas adiós.

lunes, 8 de diciembre de 2014

Insomnio

11:34 pm de el día 8 del mes 12 del año 14. Hace un frío que quema, es una noche levemente odiosa. No puedo dormir y para reconciliarme con mi conciencia escucho la misma playlist de hace tantos años. Los mismos pensamientos recurrentes y la misma sensación de aislamiento.  No me interesa congraciarme con la gente a mi alrededor,  no estoy interesada en socializar con nadie. Sólo somos la noche y yo.

Podría utilizar esta noche para escribir versos con luz, para derramar la tinta de mi amor en dos frases amargas, solitarias; sin embargo,  tengo una pregunta aún deambulando sobre mi almohada.

Vale la pena?  Valdrá la pena? Valgo la pena?  Vales la pena?  Valemos la pena?  Todos somos títeres de nuestro propio corazón... Aquí acaban mis líneas,  en el umbral de tu noche.  Vos sabes que te amo, sólo cerra los ojos y escucha el llanto de la noche. No es frío,  es una emoción.

jueves, 4 de diciembre de 2014

Quiero un sándwich con mayonesa

Esta es otra de esas situaciones tontas en las que más de algún momento se nos da una epifanía y nos ponemos a pensar si en verdad el sabor de la vida está en las pequeñas cosas.

El día lunes llego a Metro con la intención de comprar un sándwich para mi almuerzo.  Por restricciones médicas,  no puedo consumir mayonesa,  y más allá de eso es porque ella y yo casi nunca nos hemos llevado bien. Pero bien,  ese día casualmente decidí hacer caso omiso a los aburridos lineamientos médicos y decidí que mi Sándwich debía llevar mayonesa.

Cuando tuve la oportunidad de estudiar el diplomado en Preparación y Servicio de alimentos,  me enseñaron que por el fuerte sabor de los aderezos,  deben utilizarse en pequeñas cantidades,  y nunca, por absurdo que parezca,  estos deben opacar el sabor de el ingrediente principal. Pero hay ciertas ocasiones donde rompemos el molde de lo tradicional y ahí surge la magia.

En fin, mientras veía al tipo preparar mi almuerzo, pensé: "Awebo que la vida es como un sándwich.  Te dan el pan y vos tenes que ir haciendo que los ingredientes se mezclen entre sí,  para lograr un resultado exquisito"

Desde mi perspectiva personal, la tan ansiada mayonesa sería el aderezo que cambiaría drasticamente el sabor de nuestro sándwich.  Si le pones demasiado lo arruinas,  y si no le pones pues cada día sabrá a lo mismo.

No sé donde radique el secreto, no se si pudiera decir que la mayonesa es en realidad el amor, el positivismo,  la esperanza de que cada día podemos hacer de nosotros mismos una mejor persona. Lo que puedo decir es que aunque muchas veces exista algún tipo de restricción,  siempre podemos romper los paradigmas.

En resumen,  yo quiero mi sándwich con mayonesa,  y vos?

martes, 2 de diciembre de 2014

Un sentimiento de amor (ADI)

Cuando llega ese momento
Que no sabes si es real
No piensas en otra cosa
Y sientes que es tu hora de amar
Pega fuerte el sentimiento
No distingues entre el bien y el mal

La magia de esa mirada
Que te rompe el corazón
Sobran todas las palabras
Es tan solo un sentimiento de amor
Solo el uno para el otro
Y la nada a nuestro alrededor

Es amor lo que siento por ti
Es amor lo que siento por ti

Quiero que no acabe nunca
Quiero que siempre sea así
Y cuando llegue la tarde
Y te marches a tu casa sin mi
Intentare engañar al tiempo
Cerrar los ojos y pensar en ti

Es amor lo que siento por ti
Es amor lo que siento por ti

lunes, 1 de diciembre de 2014

Cuarto control... not so good pero ahí vamos.

No había tenido el tiempo (y quizás tampoco las ganas) para escribir un poco sobre el cuarto control. Llegué al hospital,  cansada,  harta,  con la firme intención de desistir.  En el consultorio, la doctora muy amable como siempre,  clava sus grandes ojos café sobre mi y pregunta: "Cómo se ha sentido?"
 
Creo que en ese momento sentí que me hacían la pregunta más tonta de mi vida. Mi cara de apatía ante semejante sandez no pudo pasar desapercibida.
 
Hay cierto tipo de preguntas que me molesta "Vas a comer?  Está helada el agua con la que te bañaste? Tenes calor?" Entre otras. Las considero preguntas innecesarias, que en la medida de lo posible podrían evitarse y de paso me ahorrarían una gran molestia.
 
La cosa es que después de las preguntas de rutina,  empieza el chequeo general.  Que esto,  que lo otro... en fin, el resultado no fue tan enriquecedor pero por lo menos supe que poco a poco mi cuerpo está respondiendo al proceso.  La desintoxicación no es fácil, trae demasiados efectos psicológicos y emocionales.
 
Salí del hospital con unas grandes ganas de fumar, creo que las calles se volvían más anchas con cada uno de mis pasos. Recordaba una y mil veces las palabras de la doctora y repasaba en mi mente el número de calorías para las siguientes semanas.
 
Tengo quince días,  quince nuevas oportunidades.  El 17 de diciembre se definen tantas cosas.  Me siento ansiosa,  estresada,  irritada.  Lo bueno es que entre tanto pensamiento,  aún escucho mi canción favorita.