sabe que de nuevo el reloj me hizo
tropezar
para lanzarme hacia tu recuerdo
Qué hora es, le pregunto a este poema
¿Será que es suficientemente tarde
como para traerte hasta mis brazos?
¿O muy temprano como para cerrar los
ojos y soñarte?
Agacho la cara en señal de protesta
fue tan sutil el golpe
que olvidé el padre nuestro
que me enseñó la abuela
y lo reemplacé por tu nombre
cambie mis zapatos por tus caminos
y de nuevo pregunto, ¿qué hora es?
Esta nada responde
siento que estoy hablando con un extraño
que me conoce perfectamente
y sabe que le encendí una veladora
a Santa Lucía
para que trajera la luz de tus ojos a mi
noche
¿Qué hora es?
Pregunto a las marcas que tus besos
dejaron en mis labios
¿Qué hora es?
Pregunto al aroma de tu cabello
entre mis brazos
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