Reflexionando

Es una noche hermosa. Vale la pena tomarme unos cuantos minutos antes de ir a dormir para expresar lo feliz que me hace ir avanzando poco a poco. El  2015 ha llegado de manera positiva a mi vida, dejando de lado mis cuestiones de salud, creo que no puedo quejarme de el primer mes del año y menos de este segundo que empezamos.

Todo mundo tiene su lista de propósitos que cumplir, todos menos yo. Pero aunque no la tengo definida, mi propósito más grande es superarme a mi misma cada día y ser una mejor persona.

Pequeños cambios pueden generar grandes resultados y creo que mi satisfacción más grande radica en aprender a compartir, aprender a entender antes que a exigir, aprender a ver las cosas desde otras perspectivas y no cerrarme en la mía.

Un gesto amable, un saludo, una sonrisa pueden hacer la diferencia. Hay mucha gente que sólo necesita un "Que tenga un buen día!" Para sentirse mejor.

Hay muchas personas que la galleta que me sobró a ellos les puede hacer falta,  pero el secreto no consiste en dárselas porque "sobró", la verdadera magia surge cuando somos capaces de decir "Le regalaré una galleta a esa persona para compartir con ella lo que tengo"

Creo firmemente que este mundo se puede cambiar. Tal vez por eso he tenido muchas decepciones con mis amigos, mis conocidos y hasta quizás con mi familia, porque soy muy idealista y quisiera que pudiéramos ver más allá.

Este mundo no es mejor porque tengo zapatos de marca, porque mi teléfono es de ultima generación, porque a diferencia de muchas personas tengo una cuenta bancaria que me permite viajar a donde quiera y comprar lo que quiero. Y ahí radica el error. Ese es el pensamiento actual de los seres humanos.

Pero mi mundo está mucho más lejos de eso. Mi mundo es mejor porque si tengo dos túnicas y mi prójimo necesita una, sin dudarlo seré la primera en ofrecer mi ayuda.

No importa cuantas decepciones encuentre en el camino, lo importante es que aprenderé algo de cada una y lo demás vendrá por añadidura.