No veas las ojas de mi árbol caer, yo no veré la lluvia de tu invierno. Toma mi mano y dame un motivo para quedarme, yo te prometo darte un instante eterno. Dibujar una sonrisa cada mañana, escribir tu nombre en la playa cuando el sol cae, es más, escribiría un poema infinito entre las líneas de tus manos para que lleves un poco de mi a donde vayas. Y si de pronto la noche llega, mis brazos acunaran tus miedos, yo velare tu sueño y el "te amo" más profundo jamás callará. Sos la luna creciente del torrente de mis latidos, Sos la fuerza desconocida de mi destino. Podría jurar que los ángeles existen, sólo al mirarte a los ojos. Ahí renaceremos, en ese instante, en ese sueño infinito en el que esta despedida no acaba sin decir que mis latidos escriben tu nombre, mis labios buscan un beso fugaz. No veas las hojas caer... yo te amo.
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